viernes, 1 de mayo de 2020
Si los freezers se prestaran
El sistema era sencillo pero no menos estricto. Todos los días incluyendo los domingos ( sobretodo los domingos) la persona que tenía el freezer lo abría de 19:30 a 20:30 pm. Sin excepcionalidades, ni siquiera las orquestadas al afán de la gula verpestina de un sábado de cuarentena.
En varias hojas, uno por departamento habitado, se anotaba comida, recipiente y persona que detenía la perennidad de la comida a unos cuantos grados bajo cero. Con lapicera roja se anotaba lo entregado al servicio con verde flúor se hacía un círculo al alimento que era entregado a la digestión del afortunado. Los colores de las lapiceras fueron elegidos totalmente al azar, pero se respetaban sus destinos tanto como el peso de los ingredientes que representaba.
Así y de un modo rápidamente naturalizado pudimos iniciar la comunidad del freezer y entregarnos a la agilidad de la tarta descongelada.
miércoles, 23 de mayo de 2012
Bajo un estado normal estas volatiles abstracciones por su propia naturaleza no caen sino que levitan. son como plumas, pueden hacer volar un pájaro, arder en un fugaz fuego escarlata y encegecedor para despues convertirse en cenizas y resurgir.
son volatiles, flotan o caen lentamente girando y bamboleando.
Tan solo una briza puede hacerlas reflotar.
sábado, 12 de febrero de 2011
Descripción de una noche, desde otra.
Una sirena, 17 bocinazos, insoportables pero con un ritmo y tono que daban armonia, con la nota justa, la nota que suena a alarma en tu cabeza. Suena poniendote en estado de alerta, hace que mires para otro lado, alrededor tuyo.
Corrí cortinas de madera que se movian salvajes, flameaban duras y golpeaban como un latigo el marco de la ventana, habia un silencio amenazador,c ada sonido se podia definir muy bien, el rozar de los pies en la sabana, el canto de una rana albina encerrada en una caja de vidrio, las llaves de una puerta vecina, en la calles las voces eran indefinidas, una botella se rompía contra el piso, un silbido grave, penoso, con nostalgia, un quejido.
Asi de hermoso e inquientante viví la noche del 21 de septiembre, noche previa a una tormenta, como la de hoy, destructiva, que no dejaria nada sano para mañana, nada viejo.