De a ratos, iba y venia, me entretuve, Leyendo “el buitre” ,“Kafka” para empezar a pensar en la humanidad, en lo desagradable de una cucaracha gigante en una cama.
Sin un palabra, sin una sombra de alguna idea por allá perdida.
Hacia rato que no pensaba en la humanidad, me marea, me causa una sensación de desesperación, el solo hecho de saber que soy parte de esto. No quiero desaparecer, solo siento que no pertenezco, me es ajena la humanidad, cuesta mucho comprenderla y sentirla.
Estaba en mi casa, en lo que iba a ser mi habitación. Abrazo a mi vieja por que siente mucho miedo, yo lo puedo sentir también, ahí me di cuenta de la pesadilla.
de repente empiezan a caer piedras, blancas y heladas sobre los árboles, agujereando la tierra y destrozando el auto de papa. Una roca de esas, parte un vidrio aturdiéndome y veo caer sus pedazos desde el techo casi, se desgarraban lentamente soltando el marco que las sostenía. No pude despertar.
Mi vieja, minutos después como si no hubiese pasado nada y medio autómata tendía la cama, a salvo. Hubiese sido la mejor cama que tendría en mi vida, salté de la alegría y caí en ese mar de sabanas rodeado por una densa niebla blanca que eran las cortinas. Sin embargo descubrí un defecto, sus patas estaban flojas.